"Uno de los pacientes era un criador de caballos de 75 años que era ciego del ojo tratado", explica Robert Lanza, jefe científico de Advanced Cell Technology (ACT), la empresa estadounidense que ha financiado el estudio. Un mes después del tratamiento, la visión de Lanza había mejorado tanto que pudo volver a montar a caballo. Técnicamente, el ojo tratado había pasado de ser ciego a tener una agudeza visual de 20/40, suficiente para conducir y equivalente a un 50% de la capacidad total.
"Otros pacientes también declaran mejoras sorprendentes" tras haber recibido el trasplante y ahora pueden hacer cosas que antes les eran imposibles como ver la hora en su reloj o usar un ordenador, asegura Lanza, que también es profesor adjunto de la Universidad Wake Forest. Los resultados del trabajo, publicados en The Lancet, muestran que la terapia no ha causado rechazo ni efectos secundarios graves.
El ensayo se centró en regenerar células de la retina, la parte del ojo donde se proyectan las imágenes. En unos casos, los pacientes sufrían enfermedad de Stargardt; en otros, degeneración macular asociada a la edad. Ambas dolencias comportaban una pérdida de células vitales para la captación de la luz y la formación de la imagen.
Para reemplazar las células perdidas, el equipo tomó células madre embrionarias y las convirtió en epitelio pigmentario retinal, el tipo de células que provocaban los problemas de visión en los pacientes. A todos ellos se les inyectaron las células en la retina del ojo que adolecía de un mayor deterioro. De los 18 pacientes tratados, 10 experimentaron mejoras sustantivas en la visión, 7 mejoraron moderadamente o quedaron estables y uno sufrió pérdida de visión. Los ojos no tratados no mejoraron, lo que avala la eficacia del estudio.
Fuente: Jano